Se sentía confundido, más que nunca en realidad… pero ahora mismo su cuerpo descansaba en mitad de la noche sobre la hierba tierna, ligeramente húmeda ante el aire helado que se filtraba entre los árboles y silbaba tenuemente. Las esmeraldas que poseía se hallaban clavadas en el oscuro cielo, totalmente despejado y que le mostraba las numerosas estrellas y la luna brillante; casi parecía que se burlase de su observante nocturno. Un suave suspiro se coló entre sus labios helados, pálidos mientras que se acomodaba un poco mejor contra el roble al que, bajo su sombra, se había tirado.
Estaba solo, o eso pensaba… de una u otra manera demasiado perdido en sus pensamientos se encontraba ahora. Un vampiro, eso era; se suponía que los de su especie perdían su humanidad conforme los años pasaban… era realmente posible el que ahora sintiera eso? Por un humano? Por su dulce mago… pero… y ese vampiro de ojos ámbar?... - … maldición… - susurro en voz baja, cerrando su verde mirar con cierta molestia antes de abrirla de golpe, sin pararse aun. Había escuchado el ruido de alguien moverse entre los arbustos de aquel parque.- …